¿Sabías que Caldes de Boí forma parte del Libro Guinness por ser el mayor balneario de España?

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¿Sabías que Caldes de Boí forma parte del Libro Guinness por ser el mayor balneario de España?

Balneari Caldes de Boí - Afores, s/n
25528, Caldes de Boí
Web: www.caldesdeboi.com
Email: info@caldesdeboi.com
973 696210

 

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  • Esta amplia y variada cantidad de manantiales con diferentes composiciones en sus aguas ha hecho que el Balneario de Caldes de Boí forme parte del Libro Guinness de los Récords por ser “el mayor balneario de España” tanto por su número de fuentes como por su capacidad.
     
    La Estación Termal de Caldes de Boí se sitúa a 1.500 metros de altitud, en pleno corazón del Pirineo leridano, en la Vall de Boí (la Alta Ribagorça - los Pirineos).Este valle configura un entorno único e incomparable, ya que además del balneario cuenta con un conjunto de iglesias románicas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, además del Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici, que aparte de su belleza tiene el valor añadido de ser el único parque nacional en toda Cataluña, y se encuentra solamente a 10 km del balneario.
    Esta ubicación geográfica implica que Caldes de Boí esté rodeado de parajes espectaculares, lagos, ríos y saltos de agua, y con varios picos superiores a 3.000 metros.Todo esto lo convierte en un lugar ideal para los amantes de la naturaleza, tanto para los que buscan una manera tranquila de disfrutarla como para aquéllos que quieren justo lo contrario y desean practicar actividades y deportes de aventura, de los que hay un amplio abanico de posibilidades. El balneario abarca 24 hectáreas de superficie, con una vasta extensión de jardines donde encontramos los 37 manantiales de aguas mineromedicinales de diferentes composiciones y temperaturas, yendo de los 4 ºC hasta los 56 ºC. Está compuesto por el Hotel Manantial (de 4 estrellas); el Hotel Caldes (pensión de 2 estrellas totalmente reformada y pendiente de reclasificación en hotel de 3 estrellas), y el Centro Termal de Estética y Belleza, que ofrece una amplia y diversificada gama de servicios y tratamientos.Los 37 manantiales de aguas mineromedicinales permiten un variado elenco de tratamientos y servicios muy específicos y personalizados, siempre realizados por personal cualificado y bajo supervisión médica.
     
    Dichas aguas tienen las siguientes características: mineralización débil, alcalinas, cloruradas, sulfatadas, fluoradas, sódicas, blandas, frías e hipertermales, con temperaturas que oscilan entre los 4 ºC y los 56 ºC.Indicaciones terapéuticas
     
    • Reumatismos: enfermedades articulares, artrosis, gota, fibrosis, mialgias, secuelas postraumáticas, ciática.
    • Afecciones respiratorias: bronquitis, asma, sinusitis.
    • Aparato circulatorio: insuficiencia venosa, linfática y arterial.
    • Aparato urinario: litiasis renal, cura de diuresis.
    • Aparato digestivo: gastritis, enteropatías, insuficiencia hepática.
    • Afecciones dermatológicas: dermatosis, eczemas, soriasis.
    • Sistema nervioso: distonía neurovegetativa.
     
    UN RECORRIDO POR LAS FUENTES  
    • Fuente del Avellano: Nuestro recorrido se inicia en la fuente del Avellano, que, tal y como indica su nombre, nace debajo de un avellano. Su temperatura es de 22 ºC y tiene un caudal de 20 l/m. Fuente rica en carbonatos, silicio y sodio. También llamada fuente del Riñón por sus propiedades diuréticas.
    • Fuente del Boj: Nos encontramos con la fuente del Boj, que con una temperatura de 4 ºC y un caudal de 15 l/m es el manantial de menor temperatura del balneario. Su nacimiento proviene de una pequeña galería perforada cerca del río. Es la fuente que se utiliza en la piscina de agua fría y también para la red de agua sanitaria de los hoteles.
    • Fuente del Buey: El agua del Buey se filtra dentro de la tierra a través de las diferentes capas graníticas, llegando a una profundidad de 3.000 metros en un proceso de aproximadamente 80 años aportando propiedades para la salud. Su alta proporción en silicio elimina la acumulación de grasas y residuos, depurando el organismo. Es un agua diurética, pura y digestiva, recomendada por su bajo contenido en calcio. Evita la formación de cálculos y cristales en el riñón. Tiene una temperatura de 36 ºC y es la única fuente que se comercializa como Agua de Boí, declarada de utilidad pública el 20 de diciembre de 1887.
    • Fuente del Bosque: El agua de la fuente del Bosque, con una temperatura de 22 ºC, es clara, con olor a huevos podridos y ligeramente purgante. Se utiliza en bebida como un poderoso auxiliar de la medicación termal en las enfermedades por disminución gradual de la nutrición, reumatismo, gota, lumbalgia...
    • Fuentes Tito I-II-III-IV: Llegamos a la caseta de las cuatro fuentes Tito, con unas temperaturas que van desde 11,3 ºC de la fuente Tito III hasta los 28,3 ºC del manantial Tito IV.
    • Fuente del Cáñamo: Siguiendo por el camino y pasadas las piscinas nos encontramos con la fuente del Cáñamo, utilizada para la elaboración de cosméticos. También se emplea como agua mineromedicinal en una de las piscinas termales. Tiene una temperatura de 38,5 ºC y se considera un agua mesotermal, rica en sodio, sulfatos, cloruro y silicio.
    • Fuente del Hierro: Pasada la cascada del Rebeco atravesamos el barranco de la Salenca, donde siguiendo el camino nos encontramos con la fuente del Hierro, con una temperatura de 11 ºC y un caudal de 0,18 l/m. Se da a conocer por su sabor destíptico y es utilizada para algunos tratamientos realizados en el balneario.
    • Fuente de la Salenca: Nos encontramos con el refugio de la Salenca, a pocos metros del cual hay una bifurcación del camino hacia Erill-la-Vall y el camino hacia la fuente de la Salenca, con una temperatura de 27,2 ºC.
    • Fuente de Santa Lucía: La fuente de Santa Lucía es llamada también fuente de los Legañosos, debido a que esta santa es la patrona de la vista y el agua que emerge está indicada para algunas enfermedades superficiales de los ojos. Tiene una temperatura de 29,8 ºC y un caudal de 0,86 l/m.
    • Fuente de la Estufa y fuente de los Baños: El nacimiento de la fuente de los Baños tiene lugar dentro del centro termal. Con una temperatura de 54 ºC, es un agua hipertermal, clorurada, silicitada, sulfatada, fluorada y sulfurada. Junto con la fuente de la Estufa, de 50 ºC, son las que se utilizan en prácticamente todos los servicios termales. La fuente de la Estufa o Cueva es uno de los manantiales con mayor caudal.
    • Fuente del Canchal: Llamada también fuente de los Curas por haber sido descubierta por un sacerdote, su temperatura es de 44,6 ºC. El nombre del canchal es debido a que surgía a la superficie de entre las piedras. La mayor parte de su caudal es desviado al edificio de tratamientos del balneario y también se utiliza para la producción de tratamientos cosméticos. El agua del Canchal es muy apreciada por sus propiedades dérmicas.
    • Fuente Pompeyo: La fuente Pompeyo nace a 1.550 metros de altitud, por encima de la fuente del Canchal. Tiene una temperatura de 36,5 ºC y un caudal de 1,57 l/m, y es rica en carbonatos y cloruro.
    • Fuente de las Termas Romanas: Al final de nuestro recorrido nos encontramos con la primera fuente utilizada para los tratamientos termales, que en 1859 fue desviada al patio interior del Hotel Caldas, donde se aplicaban los baños dulces. Tiene una temperatura de 49,4 ºC y es rica en silicio.
     
    UN POCO DE HISTORIA
    Según la leyenda, Julio César conoció Caldes de Boí durante la dominación de la antigua Tarraco. El Balneario de Caldes de Boí es fruto de una larga historia que se remonta a 1657, de cuando data la primera Casa de Baños conocida en la zona. Era propiedad de cuatro ermitaños que la gestionaban junto con sus cuatro sirvientas.
     
    Ya entonces el agua se consideraba un bien divino e importantísimo para el bienestar de las personas. Así, la reputación de la Casa de Baños de Caldes de Boí se fue extendiendo y la llegada de bañistas y peregrinos fue gestionada durante siglos por autoridades eclesiásticas que introdujeron mejoras paulatinas.
    En 1868 se instaló la primera estufa termal, tras la cual el 20 de diciembre de 1887 las aguas mineromedicinales fueron declaradas de utilidad pública. El balneario ha estado sometido a los vaivenes de la historia, a los que, por fortuna, siempre ha sobrevivido.
     
    Como dijo Josep Pla en Cataluña (Ed. Destino, Barcelona, 1961), “el fenómeno hídrico de Caldes de Boí es uno de los grandes prodigios del Pirineo; tiene lugar la aparición del conjunto de aguas mineromedicinales más rico y variado de la Península. Treinta y siete fuentes aparecen en su entorno con termalidades que varían desde los 4 ºC a los 56 ºC; estas aguas de fama universal ofrecen un fenómeno singular”.
     
    Las aguas de Caldes de Boí han estado siempre consideradas como especialmente útiles para tratamientos del reuma, artrosis, ciáticas, neuralgias diversas, traumatismos, afecciones respiratorias, dispepsias, insuficiencias hepáticas, enfermedades de la piel, trastornos vasculares, celulitis, obesidad, diabetes, trastornos del metabolismo, etc. Esta gran variedad de afecciones se pueden tratar gracias a la extraordinaria variedad de aguas. Aparte de las habituales instalaciones hidroterápicas, constituyen una particularidad y confieren prestigio internacional al balneario las famosas estufas naturales del Dr. Gimbernat, excavadas en la roca y que forman pequeñas grutas individuales a una temperatura ambiente de 45 ºC, muy apropiadas para tratamientos energéticos contra el asma y la bronquitis, entre otras afecciones. La idea de aplicar tratamientos mediante la estufa natural apareció por primera vez en una memoria del Dr. Carbonell i Bravo, presentada en la Real Academia de Medicina y Cirugía de Barcelona en el año 1832. En 1868 entró en funcionamiento la primera estufa natural.
     
    En el año 1885, Camilo Castells, en el Boletín de la Asociación Excursionista Ilerdense, decía: “tenemos el orgullo de creer que no se puede encontrar otro lugar en el mundo en el que en menos terreno acontezca tanta variedad y tanta abundancia de agua mineral, que tampoco se queda atrás respecto de sus virtudes medicinales”.
     
    Referente al santuario y según la tradición, la primitiva imagen de Nuestra Señora de Caldes fue encontrada a finales del siglo XIV por un pastor, que la puso en una capilla que construyó dentro de una cabaña. El actual santuario fue construido a mediados del siglo XVIII. El acceso a la iglesia se hace a través del patio del Hotel Caldas, antigua hospedería-hospital, y la Casa de la Consorcia, reconstruida a mediados del siglo XIX.